Anduve caminando, como lo hacen casi todas las personas y viajé bastante hasta mis 23 años, época en la que debido a un accidente automovilístico quedé con una parálisis de la cintura para abajo… Es por este motivo que uso silla de ruedas.

Estuve internada en ese entonces, durante un año y ocho meses, separada de mi pequeño hijo de casi cinco años, a quien veía sólo los domingos cuando lo traía mi suegra a visitarme.

Los demás días, además de conversar con la gente que estaba hospitalizada en el lugar, hacer gimnasia y algunas manualidades, leía, leía y leía todos los libros y revistas que encontraba en la biblioteca y que me traían mis seres queridos.

A los 39 años una leucemia promielocítica aguda de la que hice remisión en el 2008, casi me manda al “otro planeta”.

Soporté durante dos largos años – de 2001 a 2003 – un tratamiento de quimioterapia radiante por lo que estuve internada varios meses, en una clínica de Paraná, Entre Ríos, de la que sólo podía salir algunos fines de semana, cuando mi estado de salud lo permitía.

Y si bien al principio mucho no leí debido al cansancio extremo que me provocaba la quimioterapia, en cuanto estuve un poco repuesta comencé a hacerlo nuevamente.

Hoy puedo afirmar que he leído más de 3500 libros.

En Feria del Libro Internacional Buenos Aires

Hace 3 años me ocurrió un pequeño accidente en un avión en México por el que debí hacer reposo durante 7 meses. Y todo ese tiempo también lo dediqué a leer y escuchar los audiolibros que están en YouTube…

Ahora que tengo a disposición esas plataformas y estas nuevas maneras de entender las cosas, la vida, el mundo, ya no leo tantos libros en papel, aunque continuo haciéndolo, porque es un hábito que me gusta y produce una sensación de serenidad y calidez.

    Mientras vivía los acontecimientos antes descritos con mi salud me decía: ¿Por qué y para qué debo soportar esto? Eran las preguntas recurrentes, angustiosas, exigentes que una y otra vez repetía en silencio, hablándole a Dios, al Cielo, al Universo, al Ser divino que todos los Seres humanos llevamos dentro…

Sentía que me respondía una vocecita callada, muy suavemente: “Así te irás haciendo más y más fuerte… Así aumentará tu fortaleza, tu amor, tu entereza, tu buena salud, tu comprensión, tu compasión…”

Pero… ¿para qué quería “ser tan fuerte, estar tan entera, tener tanto amor, disfrutar de salud perfecta”? Si lo único que me interesaba era “gozar de la Vida” y, tal y como me habían enseñado que se hace: en lujosas y ruidosas fiestas, en paseos en vehículos deslumbrantes, tomando, comiendo y comprando lo que deseaba? ¿Por qué el Universo, cuando todo estaba tan “bien” (“bien” según lo que entendía por “bien” en ese entonces) parecía elegirme para que pasara  por esos problemas tan acuciantes, difíciles y desestabilizantes?

 Ahora, que veo y analizo las circunstancias en las que se encuentra no sólo nuestro país, la Argentina, sino casi todo el Mundo, comienzo a despertar de un largo sueño…

Porque me doy cuenta que tanto la Argentina, como América Latina y gran parte del resto del mundo se encuentran en una situación similar a la de alguien que debe enfrentarse con una grave condición de salud y se encuentra encerrado en una habitación de hospital…

Durante esos aciagos días sabe (o deduce, si está consciente) que tiene tres alternativas posibles: quedarse en la cama, tirarse allí y no comer ni tomar agua (rendirse); dejarse estar pasivamente, tomando agua, medicamentos y alimentándose (esperando) o tratar de salir estudiando las maneras, las formas, los modos, el cómo y los para qué le está pasando todo esto…

Al analizar las maneras de salir, de moverse de ese lugar tiene la posibilidad de encontrarse con el cómo y con las respuestas a todos los interrogantes.

Se trata, nada más y nada menos, que de moverse de la “zona de confort” que se ha vuelto insoportablemente dis-confortante y trascender las propias limitaciones.

Por eso actualmente, que no hay muchos que “disfruten” de la “seguridad de tener un empleo fijo”, que ya poca gente sabe con certeza cómo logrará permanecer y progresar en el puesto que está, y tampoco sabe si el próximo mes seguirá estando allí.

Además, se da cuenta que ya tiene claro que no quiere perpetuarse en ese empleo y en esa situación, resulta importantísimo recurrir a la imaginación y a la creatividad porque le darán algunas nuevas ideas le ayudarán a “crecer” personal y profesionalmente, utilizando otros paradigmas.

Asistimos imperturbables, resilientes como nunca a la “muerte” de la sociedad y de los paradigmas tal como los conocemos.

Venimos pre-sintiendo la “muerte” de los sistemas, de las instituciones, de las estructuras, de las creencias. Nos damos perfecta cuenta que estamos en medio, o entrando y transitando aquello que las religiones han denominado “el Apocalipsis”.

También percibimos que este “Apocalipsis” no es el “fin del mundo” en el sentido que habíamos pensado, con terremotos, huracanes, guerras, grandes desastres y cataclismos.

Que si bien existen y nadie puede negar que ocurren, en algunos países, las guerras, los terremotos, los huracanes no son para exterminar a todo el género humano sino más bien traen consigo una especie de llamado de atención, como para que “reflexionemos” con la intención que este “género humano” sintiente y pensante manifieste un cambio, una transformación personal, mental, emocional y hasta física que nos conduzca a vivir la vida de otro modo… Y a disfrutarla de otras maneras…

Maneras menos complicadas, menos consumidoras, más respetuosas del ambiente, de la biodiversidad, de la diversidad religiosa, étnica, sexual, física, sensorial, mental, intelectual, en las cuales los Seres humanos seamos y nos consideremos iguales, aunque distintos, equitativos, prósperos, amorosos, solidarios, en las que podamos expresar nuestras diferencias y nuestras aptitudes y ser respetados y apreciados por ellas.

Es importante considerar en este punto, al tema de la perspectiva de género porque el desarrollo humano tiene género – así como el dinero tiene sexo, aún hoy y actualmente – porque son mujeres, hombres y personas transgénero quienes experimentan diversos grados de poder ser, de capacidades y de oportunidades.

Por lo que estimo se hace necesario implementar en las capacitaciones, planes y programas el mainstreaming (o la transversalización) de la perspectiva de género para que las mujeres, los varones y las personas trans estén completamente incluidas en ellos,

Así como también habrá que pensar la forma y la manera en que las mujeres se empoderen, apropiándose  del conocimiento, no sólo de sus derechos y de sus obligaciones, sino de todo el conocimiento que ha permanecido oculto en los libros, dentro de los mandatos y creencias que nos gobiernan.

Y este no es un alegato feminista, ni pretende serlo sino que, como seres humanos estamos obligados a equiparar oportunidades porque no existirá desarrollo humano, ni en consecuencia, bienestar y plenitud si las mujeres y las personas trans no participan de manera integral por lo que se requiere de un compromiso general y una combinación de estrategias por parte y de parte de la sociedad civil para realizar sólidas alianzas entre las organizaciones.

¿Creen ustedes que las capacidades que toda persona humana posee están siendo utilizadas? ¿Piensan sinceramente que cada uno, que cada una de ustedes utiliza y desarrolla todo su potencial?

Estimo que las capacidades que realmente tenemos no han sido aún puestas a prueba, sólo quiénes hemos pasado por situaciones límite y estado dentro o al borde de lo que denominamos “muerte” o la hemos experimentado, sabemos de qué y de cuánto somos capaces, así como nos damos cuenta perfectamente que somos mucho más capaces de lo que creemos ser.

En un mundo en constante cambio, donde los empleos y trabajos tal como los conocemos desaparecerán en unos diez o quince años, en el que sólo las personas más idóneas y creativas tendrán un sinnúmero de ventajas… Les pregunto ¿qué creen necesario saber y hacer o saber hacer para llegar a crear nuevos trabajos, nuevos desarrollos, nuevos servicios e implementar los cambios de paradigmas…?

La respuesta para mí es bien simple: leer, leer y leer… Leer buenos libros, donde podemos hallar la imaginación, la creatividad, las formas y las maneras de crear emprendimientos nuevos, propios, nuevas empresas, realizando innovadoras asociaciones, darnos cuenta de “cómo” le  vamos a “agregar valor” al Mundo y “cómo” vamos a contribuir con la humanidad…

Porque es en los libros donde se encuentra compilado  y atesorado el conocimiento. Los libros contienen la sapiencia, la experiencia y las vivencias de cada uno de sus Autores/as, personas que han leído, andado y reflexionado mucho para luego volcar en esas páginas sus opiniones, sus ideas, sus imaginaciones, tal vez en forma de poesías, de novelas, de cuentos, de ensayos…

   Ahora, les pregunto: ¿creen que son los libros y los viajes nuestros mejores maestros? Estimo que es necesario reflexionarlo y descubrirlo  entre todas las Personas y además, decirlo en voz alta, propagarlo…

Leer el libro indicado es la llave para abrir la puerta a nuevas ideas, a imágenes diferentes y cada ser humano interpreta lo que lee de manera distinta, por lo que practica la fantasía, permitiendo que el crecimiento personal se manifieste.

Les voy a contar algunas historias: la primera, es la historia de un muchacho que trabajaba como recolector de basura y una noche, de esas que el destino o la vida preparan para ayudarnos encontró un libro en perfecto estado, intacto en un tacho. Este jovencito lo tomó, le sacó los restos de yerba seca, azúcar y harina que tenía y lo introdujo dentro de su bolso. Ya en su casa y a pesar del cansancio, le echó un vistazo, pero decidió dormir unas horas y luego comenzar a leerlo.

El libro era el muy famoso y reconocido “Piense y hágase rico” de Napoleón Hill.

Cuentan que desde ese día no pudo parar de leer libros de autoayuda y crecimiento personal y así fue que dejó su trabajo como recolector de basura y se dedicó a otras tareas que le resultaban más agradables, por las que ganaba más dinero y que había estado postergando.

Comenzó a independizarse, formando sus propios emprendimientos y fundando luego empresas, siendo reconocido por sus conocimientos, por su fortuna, por las buenas relaciones que promovía y por el respeto que demostraba a sus allegados, empleados y empleadas.

Recuerdo también otra historia que me refirió hace varios años un hombre que ya no está en este Planeta y al que conocí bien.

Él tenía un amigo que, de joven, para ganar unos pesos porque su familia era muy pobre, se dedicó a recoger la basura. Una noche, cumpliendo con su trabajo encontró el libro “El poder del subconsciente” de Joseph Murphy. Hoy ese muchacho es un hombre mayor, pero ha capitalizado en el más amplio sentido de la palabra todo lo aprendido: tiene campos, sembrados, ganado, caballos, camiones, camionetas, autos, emplea a mucha gente, viaja continuamente a otros países y vive en una casa espectacular.

Desde hace más de veinte años, José Alberto Gutierrez conduce un camión de basura en Bogotá, Colombia, y ha recogido miles de libros que fue amontonando en su casa, la que se ha convertido  en una biblioteca gratuita, donde no sólo prestan los libros, sino que además, los regalan. Le llaman “el señor de los libros” y ha sido invitado a distintos eventos internacionales para dar testimonio de lo que hace. Actualmente la Biblioteca regala libros en lugar de prestarlos y, como recibe donaciones de particulares y de editoriales, hoy tiene 25.000 ejemplares.

Un grupo de recolectores de residuos de Ankara, capital de Turquía, instaló una biblioteca con libros que fueron recuperando de la basura en sus horas de trabajo. Creada en una fábrica abandonada, la biblioteca tiene ya más de 5000 ejemplares.

¿Qué ocurre con los libros que los/as lectores deciden tirar para hacer un hueco en sus estanterías? Los volúmenes abandonados reviven en las paredes de esta antigua fábrica donde las personas concurren a leer gratuitamente, conformando una sorprendente biblioteca.

Estas historias que les relaté, con seres humanos que recogen la basura en las noches de invierno, con lluvia, viento, nieve, frío o calor, se las presento como una forma de mostrarles que cualquier persona está en condiciones de mejorar su vida y que, además, no es necesario tener dinero para leer, en la actualidad, porque están a nuestra disposición, en todas partes, sólo hay que tomarlos y leerlos para conocer qué tienen adentro, en cada una de sus páginas.

Nos ayudará de varias maneras ese pequeño acto de “leer”, porque, como bien lo ha dicho alguien: “sólo el libro que no leas no te ayudará” y de todos los libros se sacan enseñanzas, aún hasta de aquel que consideramos “malo”.

Para finalizar, les dejo la Frase de un reconocido Escritor y Motivador profesional estadounidense, Jim Rohn: “¿Qué es lo peor de no haber leído un libro en los últimos noventa días?… Lo peor es no haber leído un libro en los últimos noventa días y creer que no importa…”

Feria del Libro Internacional de Buenos Aires

Con Amor! Silvia Mirta Valori

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