En este plano, yo soy lo que pienso.
Hasta hace relativamente poco tiempo atrás los seres humanos no tenían conocimiento de
la importancia de los pensamientos. Hoy se sabe con certeza que podemos crear nuestro
futuro y que tenemos capacidad para hacerlo empleando la energía mental.
“La creencia crea la biología” Norman Coussins
Cuando nos invaden pensamientos y sentimientos limitantes es preciso que los alejemos
inmediatamente, apenas nos damos cuenta, así dejaremos lugar para aquellos que nos
sirvan de manera positiva.
Alguien dijo alguna vez “No podemos darnos el lujo de tener un solo pensamiento
negativo”
El pensamiento es una forma de energía muy liviana, por lo tanto, es más fácil cambiarlo
a él que a su manifestación física, por eso es que se debe tener especial cuidado con lo
que se piensa. Además, tengamos en cuenta que las ideas se transmiten, que viajan por el
aire, sin que nosotros/as nos demos cuenta siquiera.
¿Les ha pasado alguna vez que pensaron en una persona y esa persona apareció? La
llamaron con el pensamiento, sí, claramente así es.
Lo que pensamos de otras personas –si las criticamos, repudiamos, elogiamos o
valoramos– se darán cuenta, lo percibirán.
Es una energía que se transmite muy sutilmente y, si nos enfadamos con “alguien”, ese
“alguien” lo notará. Por eso es tan importante aprender a “pasar un rastrillo mental”,
eliminando los pensamientos negativos y las críticas hacia las personas.
Algunos reflexionarán: “pero… y si no me critico…, ¿cómo voy a crecer?” Nadie crece
con la crítica, sino todo lo contrario. Las críticas son limitantes e invalidantes, además de
ser destructivas, y esto vale tanto para las que van dirigidas a nosotros/as mismos/as como
las que les hacemos a las y los demás.
En la vida todo es una cuestión de polos: nosotros/as elegimos el polo donde nos ubicamos
y podemos ir del positivo al negativo, teniendo salud o enfermedad, riqueza o pobreza,
compañía o soledad, amor u odio, etc.
¿Quién elige? Nosotras/os, siempre nosotros/as. Con nuestros pensamientos. Por eso es
tan importante lo que creemos y pensamos porque mientras consideremos algo como
cierto o posible, esa misma creencia o certeza puede manejarnos la vida.
Las creencias forman parte del programa con el que se maneja nuestra mente, ellas son el
límite de lo que podemos tener en nuestro mundo. Recuerden permanentemente esto
cuando piensen o estén convencidos de algo.
Respondemos:
1- ¿Cuáles son tus creencias respecto de lograr atraer a tu vida lo que necesitas?
2- ¿Cuáles son tus creencias respecto de tu vida en general?
3- ¿Cuáles son tus creencias respecto a tu capacidad de ser amado/a?
4- ¿Cuáles son tus creencias respecto de tu apariencia, de tu cuerpo, de tu cara?
5- ¿Cómo te hace sentir creer eso?
6- ¿Cuáles son las ideas que tienes acerca de tu forma de ser?
7- ¿Cuáles son las cualidades que tienes y aprecias?
8- ¿Cuáles son tus “puntos débiles”, tus “defectos”?
La limpieza mental
Para que este curso produzca resultados, vamos a limpiar nuestra mente.
La mente consciente está muy contaminada de tantos “no puedo, no lo consigo, no lo
merezco, no se puede”. Hay que comenzar a sacarlos y pensar que “sí, que todo lo
podemos, que todo lo conseguimos, que todo lo merecemos, que todo se puede” y al cabo
de un tiempo así ha de ser.
Somos capaces de aprender todo lo que deseamos aprender. Por eso aquello que
reiteremos conscientemente ingresará a la mente subconsciente y, ella nos proporcionará
lo reafirmado. Pero es preciso saber que “sólo lo que creemos como posible con total
confianza, se logra”.
Si tenemos dudas, no veremos los resultados o bien, nos llevará mucho tiempo obtenerlos.
Hay dos circunstancias a las que tendremos que vencer:
Una es la duda, y la otra, es el entorno. A la duda la venceremos con la fe que ocurrirá lo
que deseamos porque estamos haciendo lo correcto, porque es lo mejor para todas y todos
y, además, porque tenemos la capacidad y los conocimientos necesarios para lograrlo.
Nos impondremos al entorno cuando tengamos total seguridad en lo que hacemos y, a un
entorno hostil o incrédulo lo dejaremos comentar sin replicar hasta que la realidad de los
acontecimientos se imponga por su propio peso.
Haremos una limpieza de nuestra mente y, por lo tanto, de la casa donde habitamos.
Dicen que quien “arregla placares acomoda cabezas”.
Entonces comenzaremos por sacar
de nuestro hogar todas aquellas cosas que ya no usamos. Lo que hace seis meses a la fecha
que no utilizamos ¿es necesario que esté allí? Si hace más de un año que no se usa, ya es
casi seguro que está de más en nuestra “casa”.
Saquen los recuerdos, las fotos viejas, las
cartas, los objetos, los regalos, los “suvenires”. Sirvieron para un tiempo y en
determinadas circunstancias, pero ese tiempo y esas circunstancias han pasado, y no las
vamos a volver a vivir por más que conservemos esas cosas. Además, podemos hacer una
buena obra, regalando todo lo viejo a quien sí lo va a utilizar, donándolo a una institución
o las prendas de vestir a un ropero comunitario.
Regalemos o donemos lo que no
utilizamos, porque además de hacer el bien a otras personas, nos haremos un bien a
nosotros/as mismos/as.
La limpieza de nuestro hogar constituye para el Universo el mensaje de que estamos
dispuestos a recibir cosas nuevas; al Universo le encantan los gestos simbólicos y este es
uno de ellos. Así que,
a desprenderse de todo aquello que no usan o que no les sirve!!!
Así como limpiamos la casa donde habitamos físicamente, limpiaremos también nuestra
casa mental y, para transmitirles adecuadamente cómo hacerlo, comparto textualmente
un párrafo del libro de Louise Hay, “Usted puede sanar su vida”, que recomiendo leer.
Continuará en la Segunda parte, Bendiciones y Alegrías

Comentarios recientes