El cuerpo Físico y el poder interior
El cuerpo Físico
Para lograr contactar con ese “poder interior” -que todas y todos tenemos y del que les conté en la primera entrega de la semana pasada, es preciso que nos conozcamos, que podamos entender las diferentes formas mediante las que se expresan nuestros cuerpos y de qué manera nos hablan o nos dan a entender que no están en armonía, que es nuestro verdadero estado y es al que buscamos desde que nacemos hasta que nos vamos de este maravilloso Planeta Azul.
El Cuerpo físico
Definición:
El cuerpo físico cuenta con un lenguaje propio, cada molestia, dolor, incomodidad o placer están directamente conectados con el alma, con la mente y con las emociones, por lo tanto, si nos aplicamos y lo escuchamos, nos dirá dónde están nuestros errores, nuestros límites, nuestros bloqueos, nuestras oportunidades y hasta en qué situaciones somos completamente felices.
Cuando nos desarrollamos teniendo como referencia el mundo material, por lo general nuestro cuerpo físico es lo más valioso para nosotros/as, pero está encauzado hacia la vanidad, la hermosura, a nuestro aspecto observado de un modo frívolo.
La importancia que nuestra sociedad le da al comercio, a las marcas y a la moda nos conduce a que, lejos de amar esta “preciosa máquina” llena de inteligencia y perfección terminemos por no aceptarnos y peor aún, nos despreciemos hasta causarnos daños a nosotras/os mismas/os.
Intentamos alterar nuestro aspecto y nuestro organismo sometiéndonos a agresiones, como pueden ser: el ingerir “preparados” para bajar de peso, interminables horas de ejercicio, cirugías plásticas; nos fastidia nuestra estatura, el color de nuestros ojos y vivimos elogiando ¡la belleza de los demás!
Lo malo de estas actitudes es que todo termina manifestándose y, lejos de mejorar, nuestra apariencia se deteriora día tras día añadiéndole a nuestra existencia el sufrimiento por el temor mental que nos causa ser desaprobados por nuestro aspecto y por utilizar compuestos extraños que en realidad nuestro cuerpo no necesita ni tolera.
¿Desean poseer belleza, salud y también, adelgazar casi mágicamente? Entonces, acéptense y ámense pues lo restante vendrá por añadidura.
El interior se reflejará en la apariencia, y aunque les parezca absurdo, hoy se sabe con total certeza que se puede alterar la biología por medio de los pensamientos y esto se hará realidad al concientizarnos de la excelencia de nuestro organismo, de la belleza majestuosa que posee, de la inteligencia con la que se expresa: es un extraordinario obsequio que nos ha dado la Vida y el Universo y ¡está aquí para servirnos y para que nos realicemos como seres humanos, como seres pensantes y sintientes!
Es el vehículo más hermoso y perfecto que jamás se haya inventado, y, si están de acuerdo con esta frase la mejor manera de reafirmarlo es amando y cuidando el cuerpo con el que se expresan, conducen e interactúan
La mayoría de nosotros/as tiene en su interior algo así como si fuera un gran vacío muy difícil de llenar.
Creemos –y nos hacen creer– que necesitamos diferentes cosas para sentirnos mejor y más felices.
Cuando estamos en sintonía con nuestro ser interno porque practicamos meditación, yoga o algún otro método que nos conecta, nos sentimos en armonía, pero mientras no lo conocemos le damos cualquier cosa…
Así es como algunas personas llenan este “hueco existencial” con alcohol, cigarrillos, comidas, drogas, o más dramáticamente aún, con depresiones, manías, ansiedad y fobias, fomentando el nacimiento de casi todos nuestros padecimientos, así como también el de todas las adicciones.
Necesitamos algo y nos proporcionamos “lo que sea”, pero como “lo que sea” no nos satisface, le ponemos más cantidad.
Y comenzamos a sentirnos culpables…
Pensamos que es una cuestión de “cantidad” y agregamos más de lo que parece ser que nos satisface, o sea más de lo que creemos que “nos gusta y nos hace sentir bien”, pero íntimamente percibimos que más de lo que creemos necesitar y nos gusta lo único que nos proporciona, tarde o temprano, es más de la misma reacción: disgusto o insatisfacción.
Es entonces cuando comienza el círculo vicioso, del que la mayoría de los/as adictos/as hablan y del que es tan difícil salir, el camino sin regreso, en el cuál no intuyen que lo que están buscando es satisfacer la más primaria de las necesidades de las personas: la de amarse y valorarse a sí mismas, la de sentirse y ser reconocidas, valoradas, queridas, amadas y en la misma medida que se recibe, poder dar: amor, consideración, valoración, respeto, sabiendo que somos una unidad, que lo que afecta a una/o afecta a todas y a todos, porque nuestro Universo es una Unidad. Todos somos Uno.
Es preciso amarnos a nosotros/as mismos/as, amando el cuerpo con el que transitamos en la ruta por la Vida, ya que desde ahí nos está dado aprender.
Si tuviéramos otro cuerpo físico u otra limitación o una apariencia distinta nos conduciríamos de forma diferente, tendríamos otros problemas, andaríamos por otros sitios, aprenderíamos otras cosas y nos efectuaríamos otros interrogantes.
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