¿Porqué conocerse y amarse a sí mismo/a, primero?
En esta entrega, continuo compartiendo otras maneras de conocer y aceptarnos a nosotras/os mismos/as, logrando de esta forma un conocimiento que nos empoderará y nos hará comprender el valor que tenemos, llegando a la aceptación y el amor propio, porque sólo al Amarme a mí mismo/a, incondicionalmente, atraeré personas, circunstancias y situaciones a las que amaré verdaderamente…
Como lo dijo el Gran Maestro Jesús, hace más de 2000 años:
“Ama a tu prójimo como a ti mismo…”
Lo que explicado quiere decir:
“Conócete a ti mismo/a… Perdónate a ti mismo/a… Ámate a ti mismo/a… Sólo así estarás en condiciones de Perdonarte y Perdonar para Amar a Otros/as y ti mismo/a, incondicionalmente…”
Quedo atenta a sus Comentarios… Gracias
Para continuar en este camino del Autoconocimiento y reencuentro con el Amor propio, escribiremos en el siguiente renglón:
SMV…………………… (Nombre de la persona): te deseo suerte en este camino de Autoconocimiento.
En la misma hoja continuaremos debajo, escribiendo ciento ocho veces:
Me amo y me acepto tal como soy.
Lo haremos ciento ocho veces para que penetre en las capas más profundas de nuestro subconsciente, logrando de esa manera, comenzar a amarnos y aceptarnos…
Sólo al conseguir estas dos cuestiones vitales estaremos en condiciones de cambiar aquellas otras que no nos gustan pero que tenemos en nuestras vidas, consiguiendo salir de cualquier conducta que nos perjudica o que lo hará, tarde o temprano…
Abandonando los “comportamientos simulados o copiados” a los que nos tienen acostumbrados desde la moda y la publicidad, siguiendo, a veces, algunas pautas que nos han conducido a extremos de todo tipo.
Llegado este punto, es preciso aclarar que todas y todos no estamos en condiciones de aceptar el cambio ni dispuestos/as a cambiar –todavía-.
Por lo que, generalmente, encontraremos resistencia ya que nos resulta más cómodo seguir manteniendo nuestros viejos modelos mentales, seguir siendo como somos y creyendo que “soy así, y ya no voy a cambiar a esta altura de mi vida”
Hay algo que a los seres humanos les insume un coraje especial y ese algo es adaptarse a pensamientos nuevos, estilos de vida diferentes y/o modificar los hábitos que han aprendido desde niñas/os…
Y, aunque nos demos cuenta que estos hábitos nos perjudican, seguimos manteniéndolos porque no sabemos qué vamos a hacer sin ellos; además pensamos “si hasta ahora me ha ido relativamente bien así, para qué voy a cambiar”.
Intervienen varios factores en la resistencia al cambio. Les aseguro que cuando nos transformamos el mundo se transforma junto a nosotros/as, a tal punto que nos preguntamos “por qué no lo hicimos antes”.
Nuestra calidad de vida se eleva y nuestro amor propio aumenta considerablemente, comenzamos a querernos realmente, las demás personas nos valoran y aprecian y logramos metas que en algún momento de nuestras vidas nos parecieron “imposibles”.
El ejercicio que haremos seguidamente es para dejar de resistirnos al cambio y consiste en lo siguiente.
En nuestra casa, en el lugar que realizamos el curso o en algún sitio que podamos estar tranquilos y con la persona que nos ayuda en esta decisión de transformarnos…
Miraremos de frente a esa persona, ya sea nuestra pareja de vida, a un hermano o hermana con quien compartimos la casa o a una amiga o amigo y le diremos: “Estoy dispuesto a abandonar toda resistencia al cambio”. “Estoy dispuesta a cambiar”.
Luego le preguntaremos a esa persona si le resulta convincente lo que han dicho, si por el tono de voz y por la forma en que lo dicen, transmiten una verdadera decisión de cambiar.
Si logran convencerla es porque lo están sintiendo y queriendo de verdad.
Si no la han convencido, en algún momento que tengan libre y estén solas/os, tomen un espejo y mirándose a los ojos y tocándose la garganta díganse: “Estoy dispuesta/o a cambiar” “Estoy dispuesta/o a abandonar toda resistencia al cambio”.
Háganlo las veces y los días que sea necesario, hasta que logren persuadir a la otra persona o hasta que ustedes mismas/os se hayan convencido que están diciéndose la verdad.
Los ejercicios con el espejo -aunque al principio les parezca ridículo hacerlos- son muy efectivos, por lo que les recomiendo que los practiquen cuando puedan. Háganlos, son sólo cinco minutos y, con el transcurso del tiempo les servirán mucho.
Estos ejercicios se realizan con un espejo porque varias de las creencias negativas que tenemos en nuestro subconsciente provienen de cuando éramos niñas/os, y fueron inculcadas por las personas que se encargaron de nuestra educación –madres, padres, abuelas, abuelos, maestros/as, sacerdotes, etc. –
Ellos y ellas, al querer imponer su voluntad o que acatemos una orden acerca de algo que deseaban que hiciéramos, nos decían las frases mirándonos a los ojos, reafirmando de esa manera la idea en nuestro subconsciente.
Llegado a este punto es preciso recordarles que las personas encargadas de nuestra educación no son “las culpables”, por lo que no debemos tener resentimiento hacia ellas, dado que también fueron parte de una educación que va cambiando.
Nosotras y nosotros somos “víctimas de víctimas” y si descargamos “la culpa” en otros/as, nos estaremos alejando de la posibilidad de cambiar, pues estaremos cediendo la responsabilidad de y por nuestra vida a otra/s persona/s.
Entonces, para ser una persona nueva, diferente, armonizada y a la que cada día le vaya mejor, tenemos que estar dispuestas/os a renunciar a viejas creencias que nos perjudican.
Díganse a sí mismas/os, durante un mes, al menos:
Renuncio a mis odios, resentimientos, culpas, estados de ansiedad, escasez de dinero, falta de amor…
Renuncio, Renuncio, Renuncio ya mismo, centrando mi atención en el amor, la abundancia, el perdón, la comprensión, la alegría, las relaciones armónicas, la prosperidad, el éxito, la riqueza, el bienestar y en todo lo mejor…
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